Cada jornada de intensas incursiones fueron coordinadas para que las fuerzas logren identificar las zonas con mayores concentraciones de cultivos ilícitos. Las plantaciones fueron situadas en terrenos con difícil acceso y estas estuvieron conformadas por un total de 29 hectáreas, las cuales fueron erradicadas.

En cuanto a la conexión de campamentos para el procesamiento de la droga, un total de 42 de estas estructuras fueron desmanteladas con sus respectivas herramientas.

A la eliminación de las superficies plantadas se le sumaron 45 mil kilos de la droga picada. Las cargas estaban siendo preparadas para su prensado final.

De esta forma, la alianza entre las instituciones resultó con la anulación de más de 130 toneladas de marihuana en una estratégica posición donde las facciones criminales constantemente buscan manejar la producción de la droga. Teniendo en cuenta que el mercado de destino es el brasileño, el daño ocasionado al narcotráfico con esta operación asciende a unos 19, 8 millones dólares.